Las Fallas son la representación de la fiesta y la alegría, así como de la tradición que ha perdurado a través de décadas. Es por ello que no podía faltar un sitio especial que recoja todo este legado lleno de vida, que refleja momentos históricos… Y que terminan por reducirse en cenizas, como si nos dijeran que tanto las alegrías como las penas son pasajeras. En un frío y soleado día de enero nos han invitado a conocer el famoso Museo Fallero de Valencia, del que tuvimos la gran oportunidad de disfrutar y de conocer un poquito más de nuestra historia.

Visita el Museo Fallero de Valencia en 2022

Dado que los ninots son etéreos, el Museo Fallero es el lugar perfecto para evitar que se queden en el olvido de los años. Y aunque uno que otro ninot llega a salvarse, el museo muestra toda la historia de aquellos que fueron envueltos por las llamas durante la noche del 19 de marzo. Y es que el cremà no perdona casi a nadie… bueno, los afortunados están en el museo. Ahí es donde es posible disfrutar a todos aquellos ninots que desde 1934 han sido indultados.

El Museo Fallero: testimonio de un patrimonio mundial

Las Fallas han sido declaradas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco desde hace muy poco, 2016. Pero es un patrimonio que nosotros ya sabíamos desde mucho tiempo atrás. Y es que en el museo es posible conocer todo sobre las fallas y los ninots, desde su elaboración (¡los primeros eran de cera!) hasta los carteles y materiales audiovisuales. Claro, con el tiempo la temática y los materiales van cambiando, como aquel ninot relativo a la contingencia sanitaria, o el uso de materiales ecológicos.

Ell recorrido que realizamos fue increíble, nos sorprendieron los ninots de la década de los 30 y 40, reflejando la vida de ese entonces. Artesanos, actores de cine y otros personajes pintorescos, eran motivo de inspiración. Ya para los 50, la temática social fue pieza clave en la representación de las figuras, haciendo énfasis en la crisis de entonces. Fue ahí donde ocurrió el primer indulto de un ninot de cartón. Para las décadas siguientes, apreciamos ninots más caricaturizados y representando el humor y escenas propias de la época. Y claro, no podía faltar el ninot infantil, en donde seres fantásticos y de cuentos hacían las delicias de los peques.

Para los 80, la figura del ninot fue cambiando y representando a artesanos y a otros oficios. Además, los ninots no iban solos, sino también eran creados en grupos y escenas emotivas. Aquí el material cambió, utilizando para los 90, poliuretano o corcho.

Carteles tradicionales de las Fallas

Algo que no podía faltar en el Museo Fallero, son los carteles, una rica muestra artística que también va cambiando año con año. Poder contemplar cada uno de ellos nos evoca a épocas en las que vivimos esa o aquella falla. Fue de gran nostalgia y a la vez, de alegría, ya que este cartel evocaba algún momento de nuestras vidas. Podíamos recordar qué hacíamos, con quién estábamos y qué pensábamos entonces. El primer cartel fue elaborado en 1929, y a partir de ahí diversos artistas valencianos han plasmado su arte, las llamas, la algarabía y la festividad de las Fallas.

Sin lugar a dudas, visitar el Museo Fallero de Valencia ha sido sumamente enriquecedor para nosotros y para la inspiración a la hora de crear páginas web en Valencia y gestionar servicios de comunicación para empresas y autónomos en Valencia. Ha sido una experiencia muy especial, que mezcla la nostalgia con la festividad. Nos ha llenado ideas para evolucionar y probar cosas nuevas para proponer en cada diseño web que realicemos. Porque, a diferencia de los ninots, las páginas web permanecen, pero al igual que ellos se quedan para siempre en la memoria de la gente.